Tal vez aún usaba pantalón corto, cuando Edgar Benjamín Rivera Flórez, el coordinador del Grupo de Normas Aeronáuticas, entró a la Aeronáutica Civil. De eso hace ya 40 años.
"En mi vida no me he puesto un par de zapatos que no venga de un sueldo de la Aerocivil, pues mi padre fue controlador aéreo por muchos años. Yo ingresé poco después de su muerte."
Cartagenero, abogado de profesión, docente, con especializaciones en derecho aeronáutico, derecho del transporte y derecho procesal, estudios de maestría en Seguridad Operacional y muchos títulos más. Es piloto privado y padre de una hija de 23 años.
Uno de sus mayores orgullos profesionales es haber representado, en varias oportunidades a Colombia, en el comité jurídico de la OACI y haber logrado armonizar los reglamentos aeronáuticos de Colombia con los Reglamentos Aeronáuticos Latinoamericanos.
Edgar es el hombre de los RAC, es el hombre que conoce a fondo los reglamentos que los conforman, por haber estado detrás de su elaboración, de la mano con un equipo de especialistas y expertos de la Aerocivil.
"Acabamos de publicar el RAC 5 que flexibiliza los requisitos para la operación de aeronaves en servicios aéreos comerciales".
Gracias a ese RAC 5, para constituir una aerolínea ya no se necesitan cinco aeronaves sino tres, antes tenía que tener aviones grandes y ahora pueden ser pequeños y operar rutas importantes; antes tenía que tener un gran capital y con este nuevo RAC ya no es necesario.
Nuestro coordinador del Grupo de Normas Aeronáuticas, además de haber recibido la condecoración "Cruz al Mérito Aeronáutico" es miembro del Cuerpo de Profesionales Oficiales de la Reserva de la Fuerza Aérea como voluntario, lo que le permite servir al país y a la aviación desde otro frente.
Cuando hablamos del momento más triste y complicado en la Aerocivil, Edgar recuerda el año 93 cuando era abogado de la oficina jurídica.
"Estábamos en una situación como la actual, salía el director de Aerocivil y entraba un equipo nuevo. En ese momento el nuevo director, recién posesionado, salió en un viaje de trabajo en la aeronave de la Aerocivil HK 3016G y al poco tiempo del despegue, en la Ave Boyacá con calle 66, se estrelló. La ruta cubría Bogotá-Cali. El director, el subdirector y otros ocupantes murieron al igual que los tres tripulantes".
"Yo había tenido que ir a trabajar ese sábado. Había muy pocos funcionarios. En ese instante y por un rato, resulté ser la persona de más alto cargo en funciones, pues el nuevo equipo aún no se había posesionado, pero los directivos salientes ya habían renunciado, por lo que me tocó a mi asumir complicadas decisiones y , servir de enlace entre los directivos entrantes y salientes, lo que no fue fácil.
Su experiencia y experticia en los temas de la Aerocivil y de la vida le permiten que cuando se le pide un consejo para los jóvenes que entran a formar parte de la Entidad, Edgar responde con mucho convencimiento:
"Todo en la vida hay que hacerlo con los tres ingredientes con los que Dios creó el universo: Voluntad, Amor e Inteligencia. Un proyecto que incluya esos ingredientes, no tiene ninguna posibilidad de fracasar".
Edgar ya ha cumplido muchos sueños dentro de la Aerocivil, y siente que ya está de salida, pero antes de irse quiere compartir lo aprendido. Quiere seguir trabajando, como independiente, asesorando temas de aeronáutica y continuar su vida aprovechando cada momento, pues ya conoce de cerca la muerte cuando hace seis años sufrió un infarto que requirió operación a corazón abierto. "Sobrevivir a esto es como tener un diploma o un título más".
Si tuviera que describir o referirse a la Aerocivil en sola palabra, esa sería "gratitud".
Hablar un rato con Edgar Rivera es adentrase en una Entidad que ha permitido a muchas personas cumplir sus sueños, es conocer parte del corazón de sus funcionarios, es entender que la experiencia se hace con trabajo duro y estudio y es tener la bendición de Dios para acercarse más a estos seres humanos increíbles que tiene la Aerocivil.