Alguien diría que 38 años trabajando en una misma empresa es demasiado; pero para Luis Carlos Camacho, administrador (e) del Aeropuerto de San Martin en el departamento de Meta, ese tiempo no ha sido demasiado, sino lo suficiente para haber sacado a sus hijos adelante y tener una estabilidad que se traduce en tranquilidad.
“Mi mayor satisfacción ha sido prestar un servicio y cuidar este aeropuerto”
¿Cómo ha sido su trabajo en esta terminal aérea?
En este momento soy administrador encargado, pero siempre he trabajado en este aeropuerto. Yo me levanto muy temprano y lo primero que hago es recorrer la pista y mirar que no tenga obstáculos como semovientes, perros o algún oso palmero.
¿Cuál es la operación aérea en San Martín?
Este es un aeropuerto de tránsito. Aquí aterrizan aeronaves pequeñas que van hacia otros lugares y se detienen aquí un rato mientras pasa un mal tiempo, supera una falla técnica o alguna emergencia.
San Martín también es una pista alterna al Aeropuerto de Villavicencio. Apoya operaciones de aeronaves que salen de la Macarena o de Yopal, y aprovechan esta terminal para cualquier necesidad. También es el lugar donde escuelas de aviación como Falcon o Centauros, utilizan para el aterrizaje y despegue de las aeronaves que vuelan sus alumnos.
¿Cómo es la infraestructura de San Martín?
Este aeropuerto tiene un kiosco que presta los servicios de sala de espera, hay baños para los pasajeros y mucha zona verde. También hay guardia de seguridad y una casa fiscal.
¿Cuál sería su consejo para otros colegas que están en la Aerocivil?
Infundir más conocimiento a los mandatarios de sus municipios. Digo esto porque es muy importante que valoren un aeropuerto, nadie se imagina la importancia que tiene para un municipio contar con una terminal aérea.
Luis Carlos ama lo que hace, disfruta del paisaje que tiene cada vez que se levanta, trabaja más de la cuenta por gusto, pues su vivienda está en el mismo aeropuerto lo que le permite cuidar de él como si fuera su propia casa. Luis Carlos mira el cielo todos los días y observa la llegada de un vuelo y se prepara para recibir a los pasajeros, darles la bienvenida y ofrecerles un espacio fresco rodeado de 19 árboles de mango.