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 Cuentan los papeles que… Un trágico accidente aéreo o la increíble historia del tango

Foto tomada por:   ,  
Fecha del artículo 11/09/2023

Lejana tierra mía, bajo tu cielo, bajo tu cielo quiero morirme un día… Así inicia uno de los tangos más emblemáticos de Carlos Gardel a quien la historia inmortalizó por su fantástica manera de interpretar el naciente género musical que dio vida a la icónica figura de Gardel y a la digna nación que lo representa como lo es Argentina, a pesar de que muchos textos mantengan la pugna del nacimiento del tango entre Argentina, Uruguay, incluso Francia.

Aunque este relato no tiene nada que ver con la historia de Carlos Gardel, su trágica muerte en un accidente aéreo un 24 de junio de 1935 marca el paso para que la industria aérea y las entidades a cargo de la época demostraran la capacidad de reacción y respuesta a una situación de tal magnitud, pero, sobre todo, tejer y formalizar la institucionalidad que representaba la aviación civil de aquellos tiempos en auge para Colombia, invención que el hombre todavía se pregunta
¿cómo pueden volar estas grandes máquinas? Los aviones.

Colombia, siendo pionera en el desarrollo de la aviación por el interés particular de nacionales y extranjeros (alemanes) ya venía de dos estructuras orgánico-funcionales, la primera de parte del Ministerio de Guerra con el Decreto 1704 de 1923, la segunda con el Ministerio de Agricultura y Comercio y la creación del Ramo de la Aviación bajo el Decreto 1808 de 1933 y, este tercer periodo ya con el Ministerio de Industrias cuya finalidad fue darle vida a la Comisión Técnica de Aviación con el Decreto 66 de 1934, documento que sentó las bases para normalizar el sector aeronáutico, incluyendo aspectos relativos a las escuelas de aviación, cursos, títulos, calidad del personal docente, equipos y laboratorios, entre otros. Esta comisión se convirtió en el primer organismo creado exclusivamente para ejercer funciones relacionadas con la creación, supervisión y control de reglamentos, procedimientos, pruebas, accidentes y requisitos para el ejercicio de la actividad aeronáutica civil en el país.

La duración de esta comisión adscrita al Ministerio de Industrias fue muy breve, pues finalizó pocos meses después de la posesión del presidente López Pumarejo quien tomó la decisión de devolver la subordinación de los asuntos relacionados con la aviación civil y comercial al Ministerio de Guerra.

El Decreto 66 de 1934 desglosó aspectos fundamentales para la aviación nacional, entre ellos; la delimitación del espacio aéreo nacional, la definición de aeronave, los certificados de aeronavegación, matrículas y marcas, los certificados de aptitud de personal, el funcionamiento de las escuelas y otros aspectos fundamentales que avizoró varios temas para la institucionalidad de la época.

El tercer periodo institucional tuvo frutos en el futuro inmediato, logró documentar y sistematizar incipientes pero relevantes procesos para la aviación, su tiempo vigente fue de menos de 7 meses, del 12 de enero de 1934 al 27 de agosto de 1934, con este hecho trascendental para el país, se forjó el crecimiento de lo que es hoy la Aeronáutica Civil que en los siguientes periodos institucionales tendrá un dinamismo relevante para la entidad al verse crecer y asuntos a liderar.

Pero volvamos al accidente aéreo de Gardel y a la existencia del expediente del accidente. Aunque esta tragedia no ocurre en el tercer periodo institucional de la Comisión Técnica de Aviación, bastaron nueve meses después para que entrará el cuarto periodo institucional en el que se creó el Servicio Aéreo Colombiano – SACO, que venía dando pasos desde 1933, gracias la normativa dada por el tercer periodo institucional, SACO nace como servicio aéreo, con dos aeronaves, para que brindará competencia a la consolidada SCADTA, adicional, todo la estructura institucionales hecha en meses anteriores fortaleció la investigación de accidentes e incidentes aéreos, que los primeros años era conformada por algunos reportes e instrumentos escritos de recopilación de datos, pero aquel 24 de junio de 1935, la noticia voló, eran las 15:00 horas y mientras la aeronave carreteaba sobre el Aeropuerto Las Playas de Medellín, donde viajaba Carlos Gardel se accidenta contra una aeronave de SCADTA llamada “Manizales”, El Tiempo publica como titular al día siguiente; “Quince muertos y cinco heridos en la catástrofe”, haciendo referencia al accidente donde fallece, entre otros, el intérprete Carlos Cardel y el aviador colombiano Ernesto Samper Mendoza, piloto de la SCADTA, hecho que inmortalizó todo un género musical que identifica a una nación.

De nuestra parte, lamentablemente la Aeronáutica Civil no tiene dentro de los expedientes de investigación de accidentes el informe que relate lo sucedido en su momento, nuestro compañero Oswaldo Cifuentes, en vida, intentó reconstruir el caso, pero sólo se cuenta con algunos recortes de prensa publicados por los medios nacionales e internacionales del hecho en una memoria USB que dejó y que hoy reposa en la actual Dirección Técnica de Investigación de Accidentes.

Adiós muchachos, compañeros de mi vida… 
Dos lagrimas sinceras 
Derramo a mi partida 
Por la barra querida 
Que nunca me olvido 
Y al darle, mis amigos 
El adiós postrero 
Les doy con toda mi alma 
Mi bendición.

Organigrama de la época



Fuente: Historia Institucional presentada al Archivo General de la Nación – AGN.